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EL ROSARIO LUTERANO

 

Algunos han acusado al luteranismo como un movimiento de reforma que dejó a un lado a la Virgen María y las devociones. Esto es totalmente falso ya que el padre Martín Lutero siempre profesó y enseñó un gran amor a la Madre de Dios, eso sí dándole el lugar que ella misma ha querido tener, el de ejemplo para nosotros los cristianos en el seguimiento de Jesús y como intercesora ante el Señor.
Es por esto que nuestra tradición luterana también tiene un Rosario en el cual meditamos los misterios orando a Jesús acompañados por la Bienaventurada Virgen María. Esta oración rescata tradiciones muy antiguas anteriores a las innovaciones que la Iglesia Católica Romana introdujo.

 
Manera de rezar el Rosario Luterano:

 
  1. Besar el crucifijo (opcional); Sosteniendo el crucifijo, diga la Invocación y hacer la señal de la cruz; Sosteniendo el crucifijo, diga el Credo de los Apóstoles. 
  2. Sosteniendo la primera cuenta, diga el Padre Nuestro.
  3. En cada una de las próximas tres cuentas, diga la Oración de Jesús.
  4. En la cadena, diga la Doxología.
  5. En la cuenta grande, diga el Padre Nuestro y reflexione sobre el primer misterio.
  6. En cada una de las próximas diez cuentas, diga la Oración de Jesús, reflexionando sobre el primer misterio.
  7. Sosteniendo la cadena, diga la Doxología.
  8. (Repita los pasos 5-7 para cada misterio, se mueva alrededor del rosario)
  9. Sosteniendo la medalla, diga una oración desde el corazón, la Ave María pre-Trento, parte del Magníficat, o la alabanza evangélica de Martín Lutero a la Madre de Dios.
  10. Sosteniendo el crucifijo, termina con la Invocación y hacer la señal de la cruz, besar el crucifijo (Opcional) 
Invocación:En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 
 
Credo Apostólico:
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

El Padre Nuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

La Oración de Jesús:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi, pecador/a.

La Doxología:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
  
El Ave María Pre-Trento:
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Parte del Magníficat:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles, de generación en generación. (Lc 1, 46-50)

La Alabanza Evangélica de la Madre de Dios:
Oh Bendita Virgen, Madre de Dios, qué gran consuelo ha mostrado Dios en ti, al tan bondadosamente considerarte, aún tan inmerecida y humilde. Esto nos anima a creer que desde entonces Él no nos desampara a nosotros pobres y humildes, sino que bondadosamente nos considera también, de acuerdo a tu ejemplo. (Obras de Lutero, vol.21, p. 323)

Los Misterios:

Los cinco misterios gozosos (lunes y jueves):
La Anunciación (Lucas 1: 26-33, 38)
La Visitación (Lucas 1, 39-45)
La Natividad (Lucas 2: 6-12)
La Presentación (Lucas 2: 25-32)
El Niño perdido y hallado en el Templo (Lucas 2: 41-50)

Los cinco misterios dolorosos (martes y viernes):
La Agonía en el Huerto (Lucas 22: 39-46)
La Flagelación (Marcos 15: 6-15)
La Coronación de Espinas (Juan 19: 1-8)
Jesús con la Cruz (Juan 19: 16-22)
La Crucifixión (Juan 19: 25-30)

Los cinco misterios gloriosos (miércoles, sábado y domingo):
La Resurrección (Marcos 16: 1-7)
La Ascensión (Lucas 24: 45-53)
La Venida del Espíritu Santo en Pentecostés (Hechos 2: 1-7, 11)
La Comunión de los Santos (1 Cor. 12: 23-27)
La Jerusalén celestial (Ap 21: 1-4, 22-27)


 
 
 
 
 
 
 
 
© 2024 Reverendo Cristian Camilo Piedrahita